“Imagina que estuvieras en mi lugar. ¿No piensas que esto pudo haberme
ocurrido a mí?”
Los bomberos fuerzan la puerta de una casa para poder acceder al
interior. Abren las ventanas para expulsar el mal olor que hay en ella. Una
mujer mayor yace muerta en la cama. Un tiempo antes, está la mujer con su
marido en el teatro disfrutando de una obra musical.
Michael Haneke escribe y dirige
la película que comienza como acabamos de describir, con el título de Amour (2012). El
cineasta es también conocido por obras como Funny Games (1997) o La cinta
blanca (2009).
El filme del que aquí tratamos narra la historia de una pareja de avanzada
edad en la que la mujer, Anne, comienza
a tener trastornos psicológicos; de vez en
cuando se queda en un estado de abstracción mental, dejando de percibir
estímulos sensoriales.
7. AMOUR: Haneke se puso ¿romántico? Más bien siguió hurgando donde más duele. Y esta vez le tocó al corazón, cuando ya sólo queda el amor..
— Álvaro G.Illarramend (@coke91) diciembre 30, 2013
A partir de ahí, su estado físico también empeora progresivamente, y Georges irá viviendo esa transformación.
Lo que se pretende claramente con esta historia es transmitir una reflexión sobre la vejez, sobre la vida y la muerte, y
la enfermedad, y se hace de forma explícita. No cabe duda de que otro de
los grandes temas; quizás el principal, es el amor; aquel que da nombre a la película.
"Amour" de Michael Haneke es de esas películas que no había visto en años; no me la puedo sacar de la cabeza. #Amour
— Aníbal Astorga (@anibalastorga) diciembre 4, 2013
Muchos habremos vivido alguna historia similar en relación con la muerte,
pero pocas veces la hemos visto reflejada de forma tan fría en una película.
Respecto al guion, se trata
de una trama simple, sin grandes artificios, con una estructura bastante simple. Únicamente se altera el tiempo al
comienzo, que correspondería con el final de la historia si la ponemos en orden
cronológico.
El drama más intenso y serio lo pueden encontrar en el film francés #AMOUR, de Michael Haneke. ¡Impresionante!
— Marcos López (@LopezQMarcos) octubre 14, 2013
Los dos protagonistas están
contrastados en cuanto a su evolución, y aquí reside gran parte del interés del
guion. Mientras que Georges es un personaje
plano, que apenas tiene variaciones, Anne está en el lado opuesto,
con un gran arco de
transformación; un cambio drástico tanto en su físico como en su actitud y
su personalidad.
La puesta en escena se
caracteriza por su simplicidad. El ritmo es como la
vida que llevan sus protagonistas; sosegado en todo
momento, invitando así a la reflexión. De la dirección de fotografía tan solo cabría destacar la
naturalidad de los colores, sin grandes contrastes ni iluminación potente.
Volviendo a ver Amour, de Haneke. Este (grandísimo) director ha creado un nuevo género: el antihumor. ¿No se pasa de sórdido? Buuuf
— Aitor Merino (@AitorMerino) septiembre 11, 2013
Sobre la música, es
primordial el hecho de que hayan decidido imponerla solo de manera diegética, es decir, que en las escasas
ocasiones que aparece es porque el guion lo pide de algún modo. Es en todo
momento música clásica. La falta de esta en la gran mayoría de las escenas
contribuye a la sobriedad que impera
en el largometraje, donde el protagonismo está en las personas. De hecho, los silencios también tienen una carga expresiva
importante.
Otro aspecto de curiosidad es que desde el principio hasta el fin, la
película tiene lugar en espacios
cerrados. El teatro, el autobús o el interior del edificio donde vive
la pareja. Este último ocupa más del noventa por ciento, y supone una
limitación para el guionista, o un reto. Esta es una de las razones por las que
Amour se puede definir también como intimista.
Amour (Haneke) es una película increíblemente cuidada e increíblemente desgarradora y heladora http://t.co/lX5A7Sh5tm No apta para todos.
— Pablo M. Somoano (@p_somoano) August 28, 2013
El reparto es muy reducido,
pero magnífico. Es algo importante, ya que se trata de un pilar básico en esta
producción. El papel de Georges es interpretado por el francés Jean-Louis Trintignant; mientras
que el de Anne lo lleva a cabo Emmanuele
Riva. Ambos hacen un tándem fascinante.
Finalmente, es llamativa la referencia reiterativa a la cultura. Los personajes leen y hablan
sobre literatura, van al teatro, se muestran los cuadros que decoran su casa, escuchan
música y tocan el piano, etcétera.
Este fin de semana vi #Amour, qué manera de destrozarte emocionalmente esa película. Maldito Haneke, desde Funny Games que no me dejaba así
— Gustavo Arismendi (@YorickAllen) agosto 19, 2013
Para ponerlo en pocas palabras, Amour se sustenta
sobre una historia conmovedora y unas
interpretaciones rotundas, que no solo transmiten sentimientos sino que hacen
que el espectador sienta y padezca los suyos. Una buena dosis de realidad, en definitiva.
No es recomendable para personas sufridoras, que ya tienen bastante con vivir el día a día; pero
sí es necesario tener sentimientos para poder valorarla. Si te gusta la acción
y efectos especiales, esto no es lo que buscas.
“Tenía la sensación de que se amaban, y que estaríamos siempre juntos.”
Amour
LAS
OPINIONES SON RESPETABLES PERO DEBATIBLES
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