Saturday, 25 January 2014

"El lobo de Wall Street" por Martin Scorsese

“Era como meterse adrenalina en vena.”

Jordan Belfort ganó 49 millones de dólares. Tiene 22 años y un Ferrari blanco, una súper mansión, una mujer modelo e hijos. Declara su adoración a las drogas y al dinero.
“Si tienes una buena cantidad de esto, te conviertes en invencible.”

Así es como comienza The Wolf Of Wall Street (2013), o El lobo de Wall Street para los hispanohablantes; la nueva película coproducida y dirigida por Martin Scorsese, el autor de películas tan memorables como Taxi Driver (1976), Uno de los nuestros (1990), La edad de la inocencia (1993), Infiltrados (2006) o La invención de Hugo (2011).

Jordan Belfort es un hombre que se adentra en la vida de los negocios en Wall Street. En 1987 se convierte en agente bursátil, pero la empresa para la que trabajaba acaba quebrando y le despiden. De ahí pasa a Long Island, un lugar con menos glamour donde se dedica a vender acciones a peniques, y rápidamente consigue una buena suma de dinero gracias a las tácticas aprendidas en su anterior experiencia.

En ese momento decide iniciar una aventura de negocio por su cuenta y acercándose así a la riqueza, al lujo, a las drogas y a la mala vida; o la buena depende de cómo se mire. Todo esto es un pretexto para tratar temas como los excesos, el pecado, la lujuria, el éxito o el fracaso.

La realización de este filme es uno de sus puntos fuertes. Con un ritmo muy dinámico, está bastante depurada a nivel formal. Es una película que trata directamente y de forma cercana con el espectador, a través de una voz en off que narra desde el presente lo que le pasó al protagonista en el pasado. También es directa, y el ejemplo más claro son las miradas a cámara. De este modo, hay un diálogo constante con el que está viendo la película.

El guion está escrito por Terence Winter basándose en la novela autobiográfica de Jordan Belfort que lleva el mismo nombre que la película. En cuanto a estructura, el guion es lineal, aunque comienza con un flashforward, es decir, un avance de lo que llegará más adelante.

El problema llega con aquello de lo que el guion trata y de cómo eso se lleva a la pantalla. La película refleja un modo de vida nada extraño para algunos, soñado para otros, y detestado por unos cuantos. Es un exceso absoluto, la lacra de la sociedad, la inmundicia, y no hablamos precisamente de los indigentes sino más bien todo lo contrario.

Al final de la película se puede descubrir que se trata de una sátira, el problema es que algunos no se darán cuenta y se quedarán con el mensaje inicial; con que la vida de Jordan es lo mejor que te puede pasar, lo más alto a lo que puedes llegar. Por ello, en ciertos momentos parece que se idealiza la figura de este personaje, y más aun teniendo en cuenta que la lleva a cabo alguien como DiCaprio.

La interpretación de Leonardo es sublime. Empecemos por ahí para hablar del reparto. El trabajo que hace en esta cinta es difícil de encontrar, y es que DiCaprio se sale. Se sale de la pantalla y te habla directamente, y te cuenta su historia con toda la confianza del mundo, sin ningún tapujo.

El elenco de esta pieza es muy completo, pero por mencionar solo algunos ejemplos citaremos a Jonah Hill en el papel de Donnie Azoff, la atractiva Margot Robbie en el de Naomi Lapaglia, el también director Spike Jonze en el de Dwayne, Matthew McConaughey como el jefe Mark Hanna o el francés Jean Dujardin interpretando a Jean-Jacques Saurel.


Como dato de curiosidad, el actor Jonah Hill solo cobró 60.000 dólares por su gran trabajo en esta película; y es que él mismo ha declarado que por trabajar con Martin Scorsese si hace falta daría todo lo que tiene. Se trata de una cifra baja, teniendo en cuenta que DiCaprio podría haber cobrado diez millones de dólares.

Algunas escenas de El lobo de Wall Street han sido censuradas por algunos países como en India, o prohibida al completo en otros casos como Malasia, Nepal y Kenia; y es que los excesos llegan hasta el punto de ser la película con más blasfemias o palabrotas.


Llama la atención el continuo homenaje a la cultura audiovisual americana. Se muestran fragmentos de series míticas como El príncipe de Bel Air, o películas como Charlie y la fábrica de chocolate (2005), donde por cierto también aparecen los pecados capitales. Está claro que las elecciones no son fortuitas.

En pocas palabras. Si hay que ver El lobo de Wall Street es por el trabajo de su actor principal, y en este caso, es una película para ver en el cine. Si no hay que verla, es por las discriminaciones que se hacen a algunos grupos sociales, y por la apología de la violencia, escondida bajo el pretexto de ayudar a los demás.

“La cuestión es elegir al equipo adecuado y luego tu vida puede cambiar.” El lobo de Wall Street


LAS OPINIONES SON REPETABLES PERO DEBATIBLES

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