Thursday, 16 January 2014

"12 años de esclavitud" por Steve McQueen

“Necesitamos que nos escuchen. Que nos permitan expresar nuestra situación.”

Un blanco enseña a los negros a cortar caña de azúcar. Solomon Northup comiendo con las manos. Este escribe una carta. Duermen en el suelo. Los blancos, bailan felices en sus salones.
Solomon, más joven, aparece con su hija. Mientras, su mujer le dice que se va tres semanas para trabajar. A él, le piden que vaya a Washington para tocar.

Así arranca la película 12 Years A Slave, o en español 12 años de esclavitud (2013) escrita por John Ridley y dirigida por Steve Mcqueen, el cineasta que se dio a conocer con Shame (2011), y que también dirigió Hunger (2008), a parte de varios cortometrajes.

Este largometraje trata de la vida de un hombre negro, que ha sido libre toda su vida pero le engatusan haciéndole creer que trabajará como músico, pero en realidad solo es una artimaña para reclutarle como esclavo. A partir de ahí, vive en continuo sufrimiento ante las vejaciones y torturas de los blancos que le compran como si de un objeto se tratara.

En cuanto al tema, no cabe duda de la gran reflexión sobre la represión, la discriminación y la libertad que se hace a través de la historia. La religión se introduce también como tema recurrente en el guion, y con una contradicción entre la interpretación de la Biblia que hacen los blancos con respecto a la de los negros.
“Voy a mantenerme fuerte hasta que recupere la libertad.”

Esta película tiene al menos un punto en común con otras que se han estrenado recientemente, como pueden ser El mayordomo (2013), Django desencadenado (2012), Criadas y señoras (2011), etcétera. Y este elemento es precisamente que todas ellas giran en torno al racismo en Estados Unidos. Casualmente (o no), todas ellas se han acercado de una manera u otra a los Oscar y, como es lógico, se han producido bajo el mandato de Barack Obama.


La realización que ha impuesto Steve McQueen en este filme es correcta, con un tono bastante académico. Se ha incluido violencia explícita, pero no se ha recreado en ello; simplemente se muestra para que el espectador sea consciente de que eso ocurre.

Quizás lo más llamativo a nivel estético y visual sean varios planos de la película donde se muestran los árboles, y normalmente con el cielo anaranjado del atardecer.

En cuanto a la estructura, se ha apostado por los saltos en el tiempo con continuos flashbacks. Esta llega hasta tal punto que en un determinado momento de la cinta, se repiten las imágenes del comienzo haciendo así una trama circular; aunque en la segunda el espectador ya cuenta con la información suficiente para entender qué es lo que le ha llevado al protagonista a tal punto.

La dirección de fotografía no tiene mucho de original. Prima la complementariedad entre el azul y naranja, que podrían representar los polos opuestos entre los blancos y los negros. También se introduce de manera recurrente el verde, como representación de la naturaleza; esa que hace que unos tengamos un color de piel y otros tengan otro.

Llama la atención que 12 años de esclavitud sea una película tan diferente a Shame. Prácticamente no tienen nada que ver; ni en el tipo de producción (pues la más antigua se acerca más a lo independiente), ni en el tipo de historia, ni en el estilo de la película. Por supuesto, no todas las películas de un director tienen que ser tan parecidas, pero sí suelen tener un hilo conductor que defina su estilo; y en este caso no ocurre así.

Es muy llamativo el reparto de esta producción. Chiwetel Ejiofor tiene el papel protagonista. Michael Fassbender, Brad Pitt, Benedict Cumberbatch, Lupita Nyong’o, Paul Dano, entre otros, completan el reparto; y algunos con interpretaciones muy destacables.

Paradójicamente, es predecible que esta película consiga más premios de la crítica que Shame, a pesar de la calidad estética de esta última. 12 años de esclavitud ha conseguido nueve nominaciones en los Premios Oscar. En los Globos de Oro 2014 se ha llevado a Mejor Película de Drama.

En definitiva, este largometraje es interesante en cuanto a guion y al reparto especialmente, pero quizás no llegue al nivel de su predecesora; aunque los académicos no parecen compartir esta última idea.


“Las verdades cambian. Las leyes universales no lo hacen.” 12 años de esclavitud

LAS OPINIONES SON RESPETABLES PERO DEBATIBLES

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