Saturday, 18 January 2014

"The Grandmaster" por Wong Kar-wai

“Ningún arte es más elevado que el cielo.”

1936. Llueve en las calles, en un lugar del sur de China. Varios hombres luchan intensamente y acaban quedando dos de ellos; y uno es Ip Man, que acaba siendo el vencedor. Este comienza a recordar su vida en el pasado.

Este es el arranque de la película The Grandmaster (2013), dirigida, coescrita y coproducida por el hongkonés Wong Kar-wai.

Este largometraje trata de la vida del entrenador de Bruce Lee, Ip Man, un maestro de kung fu. Se refleja desde su infancia cuando el maestro Chan Wan-shun le introduce en las artes marciales, hasta su muerte. Hasta los cuarenta años, cuenta él mismo, tuvo una vida fácil. Todo esto ocurre bajo el contexto histórico de la invasión japonesa.

Durante todo ese tiempo, no solo descubre el poder del kung fu sino también el amor, la fe y el honor, entre otros valores; y estos son en efecto los principales temas tratados en la historia.
“¿Si no ves algo, entonces no existe?”

La puesta en escena de The Grandmaster es probablemente la apuesta más importante de esta producción. La realización está muy cuidada a nivel estético. Se hace un uso repetido del slow motion o cámara lenta, que remarca cada movimiento de la lucha de forma precisa.

La estética de la película se caracteriza también por los planos detalle que se introducen periódicamente. La utilización del ritmo también es esencial; pues se acrecienta en los momentos intensos de lucha y se rebaja en las secuencias más narrativas.

La dirección de fotografía, llevada a cabo por el francés Philippe Le Sourd, acompaña de forma acertada a esa puesta en escena. La poca profundidad de campo mantiene la atención en detalles determinados en cada plano de la película. El trabajo de Le Soud ha sido ya reconocido con una nominación al Oscar por su trabajo aquí.

En cuanto a los colores, son dependientes del nivel dramático en cada escena. Cuando hay exteriores y lluvia y se produce un combate, prevalecen el blanco y el negro. En las escenas de interior destaca el amarillo intenso cercano al dorado. En Asia, este es el color imperial, y suele estar asociado al coraje y a la fuerza.

Por otro lado, lo más interesante del guion es la filosofía de vida que transmiten en los diálogos de los personajes. La estructura de dicho guion se basa en sucesivos saltos en el tiempo, que permiten  abarcar un periodo tan extenso como es la vida del protagonista.

Se incluyen algunas metáforas y una abundante simbología a lo largo de toda la cinta, tanto en el guion como en el plano más visual.
“Cada desafío conduce a una cima más alta.”

Como dato de curiosidad; estaba previsto que el rodaje de la película durase seis meses, pero finalmente se prolongó durante más de dos años.

En definitiva, The Grandmaster no es una masterpiece (obra de arte), aunque la intención de la película es buena. Puede llegar a hacerse pesada ante la insistencia en ciertos momentos y la prolongación del filme más de lo adecuado. Si hay que quedarse con algo, eso sería sin duda la estética que se ha conseguido, muy adecuada a cada instante.

“Equivócate y caerás; permanece en pie y habrás ganado, ¿no es cierto?” The Grandmaster


LAS OPINIONES SON RESPETABLES PERO DEBATIBLES

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