Friday, 28 March 2014

"El Gran Hotel Budapest" por Wes Anderson

“Pero yo sigo enamorado de igual manera de esta ruina encantadora.”


Una joven está en un cementerio y se acerca al monumento de un escritor. En sus manos, encuentra una memoria de El autor. Ella comienza a leer un capítulo sobre un viaje que hizo al Gran Hotel Budapest. Entonces, el autor se encuentra con Zero Moustafa, el propietario del grandioso edificio y comienzan a conversar.

Comienza así la película El Gran Hotel Budapest (2014), escrita, dirigida y coproducida por Wes Anderson, autor de obras de renombre como Fantástico Sr. Fox (2009) o Moonrise Kingdom (2012).
The Grand Budapest Hotel trata de las vivencias de Zero Moustafa en diferentes etapas de su vida, y siempre alrededor del hotel que da nombre a este filme; comenzando como auxiliar de botones.

Por supuesto, la aparición de Monsieur Gustave H. es la que determina el porvenir de Zero, pues el joven entra en el hotel y recibe lecciones partiendo de cero. A partir de entonces comenzará una entretenida aventura.
Dejando a un lado la trama, nos centramos en lo más interesante; la realización, un aspecto que caracteriza e identifica las películas de Wes Anderson hasta el punto de conseguir un estilo definido.
“Su mundo había desaparecido mucho antes de que él llegara.”

Uno de los elementos que se repiten a lo largo de su filmografía son los encuadres perfectamente medidos, y en su gran mayoría simétricos. Cada plano está perfectamente pensado y medido.
En el caso de esta película, a eso también hay que añadirle la utilización de diferentes formatos de imagen con un fin expresivo, lo cual es algo realmente recurrente a lo que no estamos acostumbrados.

Vemos el formato 4/3 (casi cuadrado) en aquellas escenas en las que la historia pertenece al pasado, mientras que el formato panorámico se usa para informarnos de que el tiempo de la historia es el presente.
En guion también se presenta como otro aspecto atractivo, no tanto por lo que cuenta sino por cómo lo cuenta. Se trata de historias entrelazadas entre sí que tienen un hilo conductor, y ese hilo es precisamente el Gran Hotel Budapest.
“La trama se enreda, como dicen.”

Dicho guion está dividido en cinco actos, como las obras teatrales de la época. El humor que utiliza es tan exquisito como los pasteles de Mendl’s que fabrica Agatha.

Además, el guion se adereza con situaciones aparentemente absurdas o impredecibles. A ello hay que sumarle un vocabulario digno del romanticismo, especialmente el que utiliza M. Gustave.
Por otra parte los personajes de este film son de lo más pintoresco, y los actores que les encarnan hacen que esto se magnifique. Se trata de un reparto extenso, y con nombres muy reconocidos.

Encontramos a Ralph Fiennes en el papel de Monsieur Gustave H. y a F. Murray Abraham como Mr. Moustafa, y la juventud de este personaje la representa el prometedor Tony Revolori.

Mención especial merece la irreconocible Tilda Swinton y el impresionante trabajo de caracterización que lleva encima.
No podemos pasar por alto el excelente diseño de producción, gracias al cual nos transportamos al peculiar mundo de Wes Anderson. Las localizaciones son asombrosas, y el uso que se hace de ellas también lo es.

En definitiva, no podríamos decir si El Gran Hotel Budapest supera a Moonrise Kingdom, pero lo que sí afirmamos es que supera la calidad y la originalidad media de las películas actuales.

“Es una obra maestra. El resto de esta porquería no vale nada.”


LAS OPINIONES SON RESPETABLES PERO DEBATIBLES

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