“Las frutas son las golosinas de la naturaleza”
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De este modo comienza “Diamond Flash”, la película escrita y
dirigida por Carlos Vermut, que debuta como largometrajista con esta obra de
2011.
La trama se compone de varias secuencias que parecen ser
independientes pero que en un punto demuestran estar conectadas. Los sucesos se
centran en torno al secuestro de una niña. La historia se divide en cuatro
partes o capítulos; la primera se titula “familia”, la segunda “identidad”, la
tercera “sangre” y la cuarta “destello de diamante” (haciendo referencia al
título de la película).
Al principio se narra que una madre, Violeta, ha perdido a su hija en una excusión escolar, pero el problema aumenta cuando la policía necesita una fotografía de la niña para poder hacer la búsqueda, pues tiene pánico a las fotos. Como se llega a cuestionar la propia Violeta, “¿qué clase de madre no tiene una fotografía de su hija?”. Con el fin de conseguir dicha foto, Violeta tortura a su hermano Jaime, pero no lo consigue. Finalmente recibe una fotografía a su teléfono móvil.
Hasta aquí en el relato todo parece comprensible. El problema llega con las siguientes secuencias, donde se muestran escenarios que parecen no tener ninguna relación con la trama principal. Entonces el público se desconcierta. En el camino por recuperar a la hija de Violeta, se cruzan muchos personajes bastante peculiares.
Al principio se narra que una madre, Violeta, ha perdido a su hija en una excusión escolar, pero el problema aumenta cuando la policía necesita una fotografía de la niña para poder hacer la búsqueda, pues tiene pánico a las fotos. Como se llega a cuestionar la propia Violeta, “¿qué clase de madre no tiene una fotografía de su hija?”. Con el fin de conseguir dicha foto, Violeta tortura a su hermano Jaime, pero no lo consigue. Finalmente recibe una fotografía a su teléfono móvil.
Hasta aquí en el relato todo parece comprensible. El problema llega con las siguientes secuencias, donde se muestran escenarios que parecen no tener ninguna relación con la trama principal. Entonces el público se desconcierta. En el camino por recuperar a la hija de Violeta, se cruzan muchos personajes bastante peculiares.
En cuanto al tema, este largometraje propone una reflexión
sobre la sociedad actual, a la vez que la contradicción entre la realidad y la
ficción, pues opone el mundo de la fantasía (superhéroes) con un mundo donde
todo es realista. Como dice uno de los personajes “el problema de la gente en
general es que quieren comprenderlo todo”.
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| Carlos Vermut (director) |
En lo que se refiere a la realización, cabe destacar la
abundancia de planos de una larga duración. Esto se hace con el fin principal
de transmitir angustia al espectador, y lo cual es un gran acierto por parte
del director para conseguir su objetivo.
Ahora llega el momento de tratar brevemente la dirección de
arte y fotografía, y con ello llega mi mayor crítica hacia el equipo de la
película. En “Diamond Flash” no hay una línea clara de dirección de arte, y es
que no contrataron a un profesional para encargarse de esta tarea. Esto es algo
que se puede percibir durante el visionado. Es una clara carencia, aunque el
director lo justifica alegando su ajustado presupuesto, y que “los actores son
mi prioridad”.
Los colores predominantes son el amarillo y el rojo, pero según afirma Carlos Vermut, esto no tiene un significado que aportar a la historia; simplemente le gustan los colores cálidos. Esta explicación es un tanto absurda a la hora de analizar cualquier película.
Los colores predominantes son el amarillo y el rojo, pero según afirma Carlos Vermut, esto no tiene un significado que aportar a la historia; simplemente le gustan los colores cálidos. Esta explicación es un tanto absurda a la hora de analizar cualquier película.
En cambio, hay que elogiar el resultado de esta película si
se tiene en cuenta el presupuesto con el que ha contado. Según se ha publicado,
la cifra es de 20.000 euros, lo cual es un precio un tanto reducido, pudiéndola
considerar producción independiente. Con esta cantidad de dinero no le quedó
otro remedio al equipo de producción que utilizar los recursos que menos podrían
costar. Por ejemplo, para las localizaciones utilizaron las casas de amigos y
familiares para evitar ese gasto. En lo que se refiere al reparto, es
interesante saber que para el casting publicaron un anuncio en Internet, y
contrataron actores de poca experiencia.
La financiación para esta producción la consiguió Vermut con
el dinero que ganó de los derechos de la serie Jelly Jamm. Su opinión respecto es
que “las subvenciones han hecho que el cine se autocensure”.
La película fue proyectada el cuatro de noviembre en el
Centro de Arte Dos De mayo, y a esta proyección acudió Carlos Vermut. Este
declaró respecto a su película que “la sugerencia es una sensación mucho más
terrorífica que la evidencia”. “Quería transmitir la sensación de terror y
angustia”. Ciertamente esto es algo que Vermut consigue. También argumentó que
“la trama no importa, importa la relación entre los personajes. Odio que los
personajes expliquen la trama.”
El título de este filme, “Diamond Flash”, hace referencia
según alega el director, a un cómic llamado “Diamond Eye”, y es que Carlos
viene del mundo del cómic y de la novela gráfica, así que las referencias a
este mundo son inevitables. El problema es que ese título no tiene una relación
intrínseca con la película, a parte del cómic que aparece en el inicio.
El DVD de este filme se presentó en edición especial el
pasado nueve de octubre gracias a la distribución de “Cameo”, pero también se
puede ver en la plataforma online “Filmin” desde su estreno el pasado 8 de
junio.
Este es el trailer oficial de la película, aunque es recomendable verla sin tener demasiadas referencias para no tener ningún tipo de prejuicios.
Esto es todo. Simplemente quiero recomendaros que veáis la
película para juzgar por vosotros/as mismos/as y que después me deis vuestra
opinión.
"Perder la cabeza. Eso es sin duda lo que más miedo me da"
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