Friday, 25 April 2014

"Noé" por Darren Aronofsky

“No se puede impedir la tormenta, pero sí sobrevivir a ella.”


Imágenes de la Creación. Lamec le cede su encomienda a Noé, su hijo. Se trata de la piel de la serpiente del Edén que ha ido pasando de padres a hijos durante generaciones. En ese momento llega un ejército de la estirpe de Caín y matan a Lamec; mientras Noé huye para ponerse a salvo.
“Hoy todo este legado pasa a ti, Noé.”

Con ese prólogo comienza la película Noé (2014), dirigida, coescrita y coproducida por Darren Aronofsky, el artífice de obras tan relevantes como Réquiem por un sueño (2000) o Cisne negro (2010), pasando por El luchador (2008).

Este largometraje trata del pasaje bíblico por todos conocido, en el que Noé recibe la comendación de construir un arca para salvar la vida de los inocentes, es decir, los animales, y castigar al hombre por sus pecados.
“Toda vida destruida debido a lo que el hombre ha hecho.”
El pecado es en efecto uno de los principales temas que se transmiten a través de la trama, además de la bondad y la maldad, y el ser humano y la religión en general.

La diferencia entre esta película y las anteriores que han tratado el tema es básicamente que aquí se actualiza y se dan diferentes matices a partir de una puesta en escena renovada.
El estilo cinematográfico de Noé se acerca más a las grandes producciones de Hollywood que al Cine de autor en el que se podría clasificar Réquiem por un sueño; pues Noé trata sin duda de ser comercial.

Lo más interesante visualmente es la utilización recurrente de la técnica stop-motion o sucesión de imágenes estáticas; además de algunas escenas de recreaciones de sueños y flashbacks.
Se utiliza la cámara en mano, en ocasiones justificada como un plano subjetivo de personajes, pero en otras no se justifica y llega a ser demasiado reiterativo. También se exagera la utilización de cromas, demasiado evidentes.

La dirección de fotografía, tarea dirigida por Matthew Libatique, también se queda deficiente, pues le falta cohesión, una estética más definida.
Sin embargo, el trabajo que sí debemos reconocer es el de la dirección de arte, pues los escenarios y decorados que se han utilizado requieren de gran esfuerzo y técnica. Además, una parte del arca que podemos ver fue realmente construida para el rodaje.

Hablando del reparto, debemos comenzar por Russell Crowe como Noé, cuya interpretación destaca y es correcta. En el papel de su abuelo, encontramos a un casi irreconocible Anthony Hopkins. También aparece Emma Watson, cuya interpretación no llega a convencer.
Finalmente, no nos centraremos en la fidelidad o precisión bíblica de Noé, pero sí diremos que algunas criaturas animales extrañas y los personajes de piedra le restan credibilidad a algo que de por sí es difícil de creer.

En definitiva, el gran problema de esta película es que en gran medida deja de lado el potencial de la historia para explotar lo más llamativo de los efectos visuales y las escenas de lucha, dando como resultado una cinta bastante limitada (y no hablamos de presupuesto precisamente).

“Ante tanta muerte, no estoy seguro de que haya palabras.” Noé


LAS OPINIONES SON RESPETABLES PERO DISCUTIBLES

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