Wednesday, 23 April 2014

"Guillaume y los chicos, ¡a la mesa!" por Guillaume Gallienne

“En la vida no hay que lamentarse ni engañarse.”


El joven Guillaume frente al espejo. Se prepara para una actuación. Anda entre bambalinas arrastrando los pies hasta que llega al escenario. Al llegar, abre un abanico y llama a su madre.
“Empezamos dentro de cinco minutos. A escena, por favor, a escena.” 

Así son los primeros minutos de Guillaume y los chicos, ¡a la mesa! (2013), la comedia francesa escrita, dirigida y protagonizada por Guillaume Gallienne. Se trata de su debut en la dirección, pero cuanta con una larga trayectoria como actor de Cine y Teatro.
La película trata de las peripecias de Guillaume en su juventud desde el momento en el que decide que quiere viajar a España de vacaciones y le llevan a la Línea de la Concepción, donde le enseñan a bailar sevillanas.

Guillaume tiene una gran complicidad y conexión con su madre, de hecho a veces le suplanta la identidad; en cambio tiene grandes diferencias con su padre y sus cuatro hermanos.
Temáticamente hablando, la película se centra en varia cuestiones, pero destacan la sexualidad y el concepto de familia. El primer tema es el que marca la vida del protagonista, aunque él no sea del todo consciente.

El problema está precisamente relacionado con este tema de la sexualidad, pues se trata de un joven que se siente mujer, pero esto se trata de tal manera que se acerca al esperpento, a lo caricaturesco y exacerbado de la realidad; y eso crea cierta confusión, introduciendo además momentos de surrealismo.

Respecto a esto último, hay que especificar que se muestra por un lado lo que sería la realidad (que se construye en la mente del espectador), y por otro la realidad de Guillaume (la más surrealista); y el contraste entre ambas es el que da como resultado un tono cómico en la película.
La realización es algo confusa, pues no llega a definir un estilo concreto, aunque sí es verdad que hay momentos de lucidez, como la escena de la piscina.

Sin duda, lo más plausible del film son las interpretaciones de Guillaume Gallienne. Sí, en plural porque él lleva a cabo dos papeles, el de Guillaume y el de su madre. Este desdoblamiento tiene su mérito, pues  no es fácil reconocerlo si no tienes esta información antes de ver la película.
Finalmente, como apunte nos queda incitaros a ver la película en versión original (en el caso de que penséis verla), pues con el doblaje se crean incongruencias. Por ejemplo, los problemas de comunicación que tiene Guillaume cuando llega a España desaparecen cuando en el doblaje todos hablan español.
En definitiva, Guillaume y los chicos, ¡a la mesa! es una apuesta un tanto personal y algo arriesgada que puede dividir las opiniones del público, mientras que los galardones que recibió en los Premios César son algo cuestionables.

“¿Qué me dices? Sencillo pero de buen gusto.” Guillaume y los chicos, ¡a la mesa!

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LAS OPINIONES SON RESPETABLES PERO DEBATIBLES

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